Ser creativo es quebrar barreras e ideas predefinidas de lo que es ser creativo, y aquí voy a desmitificar algunas de esas ideas y daros algunos caminos posibles que he encontrado a lo largo de mis 44 años de vida y 24 de trabajo.
Yo no soy creativo!
Algunas personas creen que no son creativas. Unas porque no saben dibujar, otras porque entienden que es algo que no es para ellas. Pero no es verdad, todos nosotros somos la suma de experiencias, inspiraciones y momentos que nos convierten en personas inesperadamente creativas. Por veces, una frase suelta en una charla de café puede ser el punto de partida para una activación o un concepto de un evento. Y muchas veces, somos alegremente sorprendidos por aquella persona que al final, ha lanzado un buen chiste y que, más tarde, va a servir de base para un concepto. ¿Y por qué no? Solo tenemos que estar atentos y apuntar todo. Un día tendrá sentido, y un día será real.
He tenido un profesor de dibujo que me dice “’toda la gente sabe dibujar». Puede no ser luego en el primero o segundo trazo, pero si repetimos, acabamos por evolucionar”. Yo creo firmemente en esta idea. Y la aplico en mi día a día y en varias áreas de mi vida. Seguro que mis primeras ilustraciones o mi primer risotto no estaban buenos, pero todo es parte del proceso. Repetir, fallar, repetir. Ya estuve envuelto en propuestas que han fracasado rotundamente pero que han originado métodos que han traído buenos resultados. Fracasar conduce al progreso
Todo se aprende, pero eso obliga a la repetición y a una predisposición para fracasar y repetir hasta llegar a un punto satisfactorio. Muchas veces tenemos que aprender a hacer un trabajo de edición en nuestras ideas, y crear la distancia suficiente para volver a mirar y, si es necesario, borrar y empezar de nuevo. No es un error o un problema, es un proceso. Y ser creativo no es un estado, es un proceso de evolución constante.
¡Ser creativo es una iluminación!
Hay otra idea preconcebida de que las personas de artes nacen con un don, una bendición. Esa idea no puede estar más errada. La creatividad es un músculo que se entrena. Y tenemos varios ejercicios para tonificarlo y prepararlo para las diferentes pruebas que surjan adelante.
Uno de los más importantes y significativos ejercicios es aprender a desconectar los dispositivos de la presión de los plazos. Mi madre me solía decir “Más vale trabajar una hora bien, que estar tres horas intentando sin frutos”. Si sientes que estás en un callejón sin salida, vuelve atrás y cambia la dirección. Busca inspiración en otros lugares, en el cine, en la televisión o en juguetes. Una de las cosas buenas de esta área es que la inspiración está por todas partes. Y en los últimos años, por fuerza de las circunstancias, hemos tenido que desconectar y mirar con otros ojos el gran mundo que tenemos dentro de nuestras casas.
Hemos aprendido con nuestros hijos lidiando con el tedio y aceptar que, cuando no hay mucho que hacer para cambiar a situación, lo mejor es aceptar y utilizar lo que tenemos a la mano para construir casas de almohadas, naves espaciales, piñatas, columpios, pan, salas de cine, bailes de máscaras, salones de belleza.
Entender la importancia de desconectar, de cómo es relevante para cargar nuestras baterías creativas y personales. Tomar el aire, en una caminata o corrida en la naturaleza. Una visita a un museo o simplemente caminar por las calles de la ciudad. Hace tiempo, un profesor me desafió a un ejercicio muy simple, de registrar todas las cosas que nunca había visto antes en el camino de casa hasta el paraje del autobús. Para eso, tuve que caminar más despacio, sacar fotos, levantar la cabeza del suelo, mirar las lámparas, los azulejos, los carteles luminosos, etc… y la experiencia fue avasalladora. Yo no podía creer que, en los 14 años que había vivido en esa calle y en esos 100 metros, existía tanta cosa que nunca había notado y que podía ser una fuente de inspiración y todo había estado siempre debajo de mi nariz.
Ser creativo es crear nuevos problemas todos los días…
Está en todos los manuales de creatividad la famosa frase “pensar fuera de la caja”. Muchas veces, sólo el hecho de empezamos un proyecto con la idea de “hoy voy hacer diferente” te desafiará a buscar soluciones más arriesgadas, Y porque no dejar el ordenador y empezar dibujando en un cuaderno las primeras ideas, sin red, sin Pinterest, sólo lápiz y goma. Muchas veces tenemos la tendencia de agarrar la primera idea y después es difícil abandonarla, incluso cuando empiezan a surgir los primeros problemas. Insistimos hasta el límite Hay que aprender a soltar la idea, si no es para ser, no es para ser. No merece la pena forzar.
Muchas veces nuestra creatividad es desafiada en campos donde pensábamos ser imposible haber creatividad. Cuando llegué a Multilem nunca había presentado un proyecto en mí vida hasta el día en que me han dicho “¡Chico, vas a presentar este proyecto!” … ¡OK, vamos! Fue el deseo de explorar el desconocido y el desafío de hacer diferente que me dio la adrenalina necesaria para que todo fuera bien. Y es así mismo, por veces tenemos que cambiar la dirección para ser sorprendidos y reconocer una nueva capacidad creativa en nosotros.
Sé creativo y diviértete!
Desde 2018 (el año en que entré en Multilem) que veo esta empresa evolucionando de una forma increíble. Inevitablemente siento ese crecimiento porque cuando entras en Multilem, empiezas haciendo parte de un todo. Mi crecimiento es acompañado del crecimiento de Multilem, en un proceso recíproco donde soy desafiado a superarme y donde tengo espacio para desafiar las ideas preconcebidas y, con eso, sorprender los clientes con proyectos innovadores que muchas veces superan mis expectativas.
Aceptar la creatividad en nuestra vida es una bendición. Y todas estas lecciones, las traigo conmigo y las uso en todas las áreas de mi vida, en el trabajo, con la familia y en el amor. Porque nada está desconectado y todo hace parte de un todo. Hacer diferente, seguir la intuición, valorar a todas las personas y trabajar duro. Para llegar al final del día y decir, hoy estoy agradecido, hoy fui creativo.
Por Francisco Bolila, Deputy Art Director.
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